Crítica- Assignment- outer space (1960)

“Explotación italiana de las Space operas norteamericanas de la época”

Película poco conocida para ser la primera cinta de Sci- fi italiana y del polifacético Antonio Margheriti, anteriormente había rodado una comedia en calidad de co- director. En los 60 Margheriti se decantó especialmente por las Spaces operas, como la que nos ocupa, aunque le debemos gran cantidad de largos referentes al género, y es que su solo nombre debe motivar a cualquier aficionado a la clase B o los bajos presupuestos. Algunos de sus, innumerables, trabajos fueron El planeta de los hombres verdes, 1961, El justiciero rojo, 1963, Siete muertos en el ojo del gato, 1973, Danza macabra, 1964, o Virus, 1980.

El escaso elenco está encabezado por Rik Van Nutter, un joven con poca carrera visto en Operación trueno, 1985, el cual está acompañado de Gabriella Farinon, [Blood and roses, 1960], o Franco Fantasia, un clásico del cine de género italiano, recordémosle de títulos como Comidos vivos, 1980, Kriminal, 1966, o La mansión de la niebla, 1972, y Joe Pollini, que repetiría con Margheriti en El planeta de los hombres verdes, 1961, ya que del resto poco se puede decir, alguna pequeña aparición y poco mas.

Ray Peterson llega a una estación espacial para hacer un reportaje, pero en dicha estación hay un grave problema, la subestación Alpha, que funciona con un potente ordenador, ha perdido el control y se dirige hacia la Tierra. Así el General tratará de detenerlo aún a peligro de sus propias vidas, además la presencia de Peterson no le es agradable ya que parece que le va a robar a su amada Lucy.

Es interesante comprobar como los italianos ya explotaban el cine norteamericano en los albores de la década de los sesenta, y, como no, Antonio Margheriti fue el primer director en sumarse al carro de las Spaces operas, de gran éxito en norteamérica. Pero claro, el contaba con un presupuesto muy escaso, que se nota en exceso en el devenir de la película, la cual adolece de localizaciones, actores, ya no solo de renombre sino con algo de calidad, o de algún rubro técnico aceptable.

La fotografía deja mucho que desear, saturona y oscura la mayor parte del metraje, al igual que la banda sonora que es casi inexistente, o el montaje que es muy frío. O la dirección que no consigue despertarnos de un tedio generalizado, que es, lamentablemente, lo que produce el visionado de este largometraje.

Aparte el guión, partiendo de una idea interesante y algo original, para la época, no consigue crear tensión, ni héroes o villanos, y todas las tramas de los distintos personajes naufragan sin remedio por el metraje. Además ningún perfil está bien tratado y todas y cada una de las interpretaciones son muy malas. De hecho a nuestro “héroe” interpretado por Rik Van Nutter dan ganas de matarlo desde que abre la boca, sobretodo debido a sus formas fanfarronas. O al General que parece medio bobo, porque, a saber porqué, los militares que se ven en este largometraje parecen estúpidos, y eso que, supuestamente, tienen que salvar el planeta.

Sobre el elenco decir que me sorprendió el papel del soldado negro, King 116, que es un héroe de verdad, pero en plan justiciero, algo muy raro para la época.
El momento álgido lo vemos cuando tratan de salvar a una nave que está a la deriva, siendo los planos de la misma lo mas cercano a creación de tensión que tiene toda la película. Pero este momento queda devaluado debido al metraje posterior, el final de la película, el cual muestra el cenit de la trama y de la misión de los astronautas que es muy flojo, carente de fuerza o mínima tensión y que solo produce alegría al ver los títulos de créditos. Porque que una cinta se haga pesada durando unos 70 minutos tiene mérito.

Explotación italiana de las Space operas norteamericanas de la época. Lamentablemente estamos ante un producto que resulta mas interesante por el hecho de ser el primer largometraje de ciencia ficción italiano que por nada mas, ya que resulta aburrido y su visionado se hace ciertamente pesado al no tener casi ni un solo momento que nos despierte o anime a ver algo interesante o simplemente coherente. Afortunadamente Margheriti nos legaría títulos muchísimo mejores que este, aunque a poco, la verdad.

Óscar Arias