En el último día de la 11º Muestra SyFy de Madrid no pude asistir a la Sesión Phenomena, en la cual proyectaban, ni más ni menos, que los clásicos de culto “La mosca” de David Cronenberg y “Depredador”, la de Arnold Schwarzenegger y dirigida por John McTiernan.
Esta sesión se proyectó después de que lo hiciese un capítulo de la serie “Doctor Who”. Y yo la verdad eso de ver un capítulo de una serie no me convence en absoluto, soy del todo sincero. Aunque, he de reconocer, que he visto varios capítulos de esta serie, y, lo mejor de todo, es que, habitualmente, puedes ver un capítulo independiente y enterarte, bastante bien, de todo.
Remarcar sobre Phenomena que la Sesión fue presentada por su director, Nacho Cerdá, aunque solo lo hizo al comienzo de la primera película, ya no aparecería más.
Así que, con bastante retraso, nos dispusimos a ver el último trabajo de Norberto Ramos del Val, “Faraday”. Para esta ocasión tanto director, guionistas, como parte del elenco se acercaron a la Muestra para presentar su trabajo. Qué lástima que la sala tuviese demasiados amigos y familiares de los participantes en el film, esto siempre lo he visto bastante negativo. Y es que estos grupos se centran en aplaudir las apariciones de sus familiares o amigos y vanagloriar frases que no tendrían porqué serlo. Y, muy habitualmente, se consigue que el espectador normal no comprenda nada y acabe por ver con peores ojos el largometraje.
De todos modos, y después de la enésima absurda, y excesivamente larga, presentación de Leticia Dolera, tuvo lugar la proyección.
¿Y qué nos ofrece “Faraday”? Un producto de amigos para amigos con poca gracia. Hay que destacar algunos momentos de guión muy graciosos, pero en la gran mayoría del film no funciona nada. Ni historia ni nada. Tenemos sucesos paranormales, “homenajes” al cine de acción, unos pocos zombies, y mucho, demasiado, amiguismo. Así la respuesta de la sala fue bastante fría, no así la de la caterva de amigos que aplaudieron a rabiar.
Al finalizar la proyección el propio director y parte del equipo se dispusieron a responder a las preguntas de los, pocos, aficionados que nos quedamos después del pase. ¿Y quién preguntó? Pues dos gatos, y Leticia Dolera. No había mucho que preguntar, la verdad. Así que este título pasó sin mayor pena ni gloria por la 11º Muestra.
Posteriormente tuvo lugar la proyección del cortometraje “Blink” de Diego Latorre, el cual fue presentado por el director y los actores Eduardo Casanova, Macarena Gómez y Fele Martínez.
El cortometraje resultó ser un despropósito total. Nadie entendió absolutamente nada. Muy buenos efectos, una imagen muy trabajada, pero una historia que no se sabe por donde coger y que dejó a toda la sala indiferente. Aunque, y como os podréis imaginar, el grupo de ruidosos de turno no pasó la oportunidad de dar la nota.
Y como plato final teníamos el estreno de “La bella y la bestia” de Christophe Gans, la cual presentó Eduardo Noriega, quien estuvo muy correcto en la presentación, no así el público. Porque, que queréis que os diga, me dio vergüenza ajena cuando Noriega, con toda la razón del mundo dijo; “No me quedo a verla ni loco”. Eso dice bien poco de la educación de la sala, y pagamos justos, la gran mayoría, por pecadores, los cuatro imbéciles de siempre.
La película, que comenzó con un retraso enorme, achacable a las presentaciones eternas de la Dolera, cumplió sobradamente lo que esperaba de ella. Aunque, quizá, cuarto de hora menos de metraje la vendría muy bien.
Porque es un título que tiene un diseño de producción bárbaro, una banda sonora para enmarcar, una fotografía perfecta, y unas interpretaciones más que solventes. Y que menos, os preguntareis. Yo esperaba justamente lo que vi. Un producto no demasiado infantil, con bastante oscuridad y dinamismo en su tramo final, y con un estilo visual poderoso. Cierto es que no pasará a los anales de la historia del cine, ni muchísimo menos, pero, desde luego, es un gran film.
Lástima que los cuatro borregos de turno se dedicaran a estropear su visionado en diversas fases, lo que provocó contestaciones de la gente que si quería ver la cinta. Lo que no entiendo es por qué esta gentuza no abandona la sala, como hicieron bastantes, por cierto, y se dedican a molestar al resto de la sala. En fin, es lo que tiene parapetarse en la oscuridad y no tener ni una gota de educación.
Por lo que así dio por finalizada esta undécima Muestra SyFy, si once años ya, quién lo diría. ¿Y qué pensamientos finales nos deja? Pues que es maravilloso poder seguir contando con esta gran Muestra, más allá que la programación dejó algo que desear. Y es que cada cual proyectaríamos una serie de títulos, eso es así.
Sigo echando mucho de menos el cine Palafox, y es que el Cine Callao no está a la altura. Se oye constantemente el exterior, lo cual es una faena enorme. Además, hubo diversas manifestaciones este fin de semana en la Plaza de Callao, sobre el conflicto en Venezuela, sobre el aborto, y sobre Coca cola, y con todas esta vuestra Mansión se identifica totalmente, por cierto. Pero dentro de la sala se escuchaba todo el alboroto del exterior, un debe enorme para la propia sala.
Y no puedo dejar de agradecer a Tatiana Carral su trabajo para con la Muestra, y a mis compañeros, otro año más, de Muestra. De hecho este año hemos aumentado el número…jaja
Así que a esperar que esta Muestra tenga todavía muchos años de cine fantástico. Madrid lo agradece, y Madrid lo necesita.
¡Larga vida a la Muestra!